La neurociencia y la educación al aire libre son campos de estudio fascinantes que se complementan entre sí. La investigación ha demostrado que el aprendizaje y la experiencia al aire libre pueden tener un impacto positivo en el cerebro y en la forma en que aprendemos.
- La exposición a la naturaleza puede reducir el estrés y mejorar el bienestar emocional. Esto se debe a que la naturaleza tiene un efecto calmante en el cerebro y puede ayudar a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Las actividades al aire libre como caminar, practicar senderismo o acampar pueden ser una excelente manera de reducir el estrés y mejorar la salud emocional.
- La educación al aire libre puede ayudar a mejorar la memoria y la atención. La naturaleza proporciona una gran cantidad de estímulos sensoriales, lo que significa que nuestro cerebro está constantemente recibiendo información nueva y emocionante. La atención plena y la capacidad de concentración pueden mejorarse a través de la exploración de la naturaleza, lo que puede mejorar la capacidad de recordar información importante.
- La actividad física al aire libre puede ser especialmente beneficiosa para el cerebro. La investigación ha demostrado que el ejercicio regular puede mejorar la memoria, el aprendizaje y la atención. Además, el aire fresco y la luz solar pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo y aumentar los niveles de energía.
- La educación al aire libre puede fomentar la creatividad. La exploración y el descubrimiento en la naturaleza pueden inspirar nuevas ideas y enfoques innovadores para resolver problemas. La estimulación de la creatividad puede ser especialmente importante para los niños en edad escolar, ya que puede ayudar a desarrollar habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas.
- La educación al aire libre puede fomentar el trabajo en equipo y la colaboración. Muchas actividades al aire libre, como la navegación y el senderismo, requieren la cooperación y la colaboración de varias personas. Aprender a trabajar juntos en un entorno al aire libre puede ser una excelente manera de desarrollar habilidades sociales y emocionales, como la comunicación y el liderazgo.
De este modo, la educación al aire libre puede ser una herramienta valiosa para mejorar la salud física, emocional y cognitiva. La naturaleza ofrece una amplia variedad de experiencias y estímulos que pueden ayudar a mejorar el bienestar y el aprendizaje. Desde Mente Aventura recomendamos la incorporación de actividades al aire libre en la educación y en la vida cotidiana.
Referencias:
- Bratman, G. N., Hamilton, J. P., & Daily, G. C. (2012). The impacts of nature experience on human cognitive function and mental health. Annals of the New York Academy of Sciences, 1249(1), 118-136.
- Berman, M. G., Jonides, J., & Kaplan, S. (2008). The cognitive benefits of interacting with nature. Psychological Science, 19(12), 1207-1212.
- Hillman, C. H., Erickson, K. I., & Kramer, A. F. (2008). Be smart, exercise your heart: exercise effects on brain and cognition. Nature Reviews Neuroscience, 9(1), 58-65.
- Kahn Jr, P. H., & Kellert, S. R. (Eds.). (2002). Children and nature: Psychological, sociocultural, and evolutionary investigations. MIT Press.
- Fjørtoft, I. (2004). Landscape as playscape: The effects of natural environments on children's play and motor development. Children, Youth and Environments, 14(2), 21-44.
Programa de Educación, Deporte y Aventura - Quito, Ecuador